Una silenciosa estela cruza el cielo. Insignificante.
No puedo evitar pensar, y esto me ocurre siempre que miro hacia, el mundo encapsulado y presurizado del avión.
Completamente ajenos a su pequeñez a su velocidad, al entorno ceruleo que los rodea.
Y yo sigo igual hasta el próximo reactor que me sobrepase.
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