El viernes fue uno de los mejores días que he pasado ultima mente.
Mi primo Manolo y su buena amiga Luzi pasaban unos días en DIANA II .
Estábamos probando un nuevo motor fuera borda al que por error habíamos hecho funcionar con gasolina mezclada con aceite.
Nos olvidamos que el nuevo motor era de cuatro tiempos y con las ansias de salir a navegar le pusimos la gasolina con mezcla del antiguo motor de dos tiempos.
Como es de suponer se engraso y se paro además en alta mar.
Pero esto es otra historia de las que ultimamente hay mas de las que me gustaría.
Por suerte tras drenar, limpiar y cambiar la bujía conseguimos que funcionara.
Salimos a navegar.
El velero esta amarrado en Puerto Siles en Canet De Berenguer.
Nos dirigimos hacia Almenara.
El viento soplaba de través y la navegación era cómoda y muy trasquila.
Luzi dormía en proa y Manolo y yo en la bañera de popa charlábamos; de abandonarlo todo y lanzarnos a dar la vuelta al mundo a vela.
Lo mejor de todo es que no eran divagaciones o esnsoñacionessin base ni posibilidades. Mas bien es un proyecto con bastantes trazas de realizarse. Una gran aventura en potencia.
Yo pensé, sin poder lo evitar en el gran numero de fotografías preciosas y originales, que podían realizarse. Mi mente editorial evaluaba las posibilidades comerciales de un posible libro.
Lo mismo pensaba Manu a parte de marino es buen diseñador. El escribiría un libro entre novela, bitácora y técnica(solucion de problemas) y anecdota de navegacion. Parece ser que quiere leer algo así y no lo encuentra.
Además de trabajar lijando y reparando barcos en lejanos puertos. Volveríamos con dos posibles productos editoriales. Por no hablar de los beneficios que se irían obteniendo en los mercados internacionales de stock fotográficos.
Comimos una paella de marisco que yo había cocinado la noche anterior para unos amigos de mi padre y que practica mente no probaron.
Nos bañamos frente a la costa castellonense de Nules o Almenara .
A la vuelta un frente frió y gris nos persiguió sin alcanzarnos, excepto por algunas enormes gotas de agua aisladas .
Al llegar a puerto tras estibar y baldear el barco decidimos dar una vuelta por el náutico. Concretamente a ver de cerca un viejo velero de madera.
Descubrimos que era, un dos palos sin ningún tipo de automatismo o comodidad para izar y bajar velamen.
Un barco de nombre Ana Luisa, construido en el año 1925 en Stralsund. Una ciudad alemana de la zona del Báltico.
Como no.
Hice unas fotografias que se muestran junto a esta entrada y en venta en istock.
Cuando me fui. Mis dos amigos preparaban la cena. Una lejana e inquietante tormenta eléctrica dominaba el cielo del norte.
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